Ayer por la noche tuvimos una pequeña discusión, llegan las fiestas de navidad…nuestra primera navidad como matrimonio…y con ella nuestros primeros problemas para dividirnos y llegar a un acuerdo sobre cómo hacerlo. Incluso nos llegamos a decir que la mejor opción era que cada uno se fuese con su familia.

Esta mañana, cuando nos hemos levantado, ambos le habíamos dado vueltas a tres cosas que pusimos en común mientras desayunábamos.

             * La primera de ellas es que teníamos claro que no queríamos irnos cada uno con nuestras respectivas familias, que queríamos estar juntos, que nuestra familia de ahora era el otro y que lo importante de la Navidad es disfrutarla y vivirla con la gente que quieres.

            * La segunda es que hay que cuidar la familia propia y la del otro, sobretodo en Navidad, que es un momento idóneo para ello, y que es importante ceder, ya que lo que buscamos de verdad es el bien del otro.

             * La tercera cuestión que nos preocupaba a los dos es el habernos acostado enfadados y sin haber solucionado el problema. Nos prometimos que no volveríamos a acostarnos enfadados, que hablaríamos nuestros problemas y les daríamos solución, juntos…siempre juntos.

Al final, nuestro problema se solucionó de una manera sencillisima: Cediendo y llegando a un acuerdo, buscando siempre lo mejor para el otro.

-Ves…si sabía yo que no era tan difícil esto de enfrentarnos a nuestra primera Navidad como matrimonio

-Ya claro…eso dices ahora jajaja

-Ahora, sé que estaría muy bien invitar aquí a la familia, pero…. Por ser nuestra primera Navidad…mejor a mesa puesta ¿no? Jajajajjaja

-¡Pues claro! Eso no es discutible jajajajaja